Paulo Freire: Diferenzas entre revisións

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Liña 25:
 
- ''Pedagoxía do oprimido'' (1997)
 
La pedagogia del oprimido de Paulo Freire
 
 
1. Introducción
 
A lo largo de toda la historia, muchos han sido los hombres que han favorecido el progreso y el avance de la ciencia educativa, a través de su participación y propuestas en los procesos de enseñanza – aprendizaje. Ellos, hijos de su tiempo, han fortalecido la reflexión y la praxis educativa, proponiendo sistemas teóricos y prácticos, procedimientos y estrategias, métodos y fines, que han marcado distintos hitos en la propuesta educativa.
 
No es nuestra intención, claro está, abarcar en estas breves páginas, el trabajo que realizó durante toda su vida Paulo Freire. Queremos sólo presentar algunas nociones fundamentales que nos permitan hacer una valoración crítica de su obra educativa, que él mismo denominó “Pedagogía del Oprimido”, “Pedagogía de la Esperanza” o “Pedagogía de la Liberación”.
 
Para tal fin distribuimos el trabajo, en primer lugar, realizando una valoración del Sistema Educativo presente para el momento de la aparición de Paulo Freire (Educación Tradicional o como él la llamase en sus escritos “Educación Bancaria”); en segundo lugar, enmarcamos al autor en el contexto histórico en el que se inició su desempeño como pedagogo progresista, resaltando los rasgos más característicos de su biografía; en tercer lugar, presentamos los principios más significativos de su propuesta pedagógica y por último hacemos una valoración crítica de su obra.
 
2. Educacion Tradicional
 
Al hablar de la corriente humanística de la pedagogía en la actualidad, no podemos obviar la preocupación que existió en ese particular anteriormente. Para ello, tenemos que mencionar el sistema educativo tradicional al que Paulo Freire denominó “Educación Bancaria”. La misma se caracteriza:
 
a. Una educación eminentemente vertical, donde el educando es un receptáculo de conocimientos, el educador es el que habla, sabe y escoge los contenidos a tratar. Son las clases de tipo magistral.
b. El educador impone las reglas del juego y su concepción al educando, estableciendo una relación como opresor – oprimido en la realidad social.
c. La función del educando, es adaptarse al orden establecido que se produce a través de u proceso que elimina la creatividad, la conciencia crítica, impidiéndole el diálogo (dificultar en todo el pensar auténtico).
d. Invasión cultural.
 
 
la década de los 60 y 70 se caracteriza como período fértil para el nacimiento y receptividad de una pedagogía como la de Freire, causando impacto por su propuesta liberadora, sobre los escenarios de la educación progresista del mundo crítico.
 
Otra de las consideraciones históricas que enmarcan la propuesta de Freire y no lejana a su desarrollo es, probablemente, la acción de la Iglesia Católica que vive en esos momentos profundos y considerables cambios internos iniciados con el Concilio Vaticano II del 62 al 65 y la propuesta de las iglesias locales en las conferencias de Brasil de 1959 y de Medellín del 69 donde Freire tuvo un importante aporte sobre todo en lo que es la visión sobre los fines de la Educación en América Latina.
 
 
5. Ideas pedagogicas de paulo freire
 
Freire sustenta una pedagogía humanista – espiritualista. Humanista porque centra en el hombre toda la problemática educativa siendo el objetivo básico de ésta la humanización. Espiritualista porque coloca en el espíritu el sentimiento que impulsa al hombre a auto configurarse, hace perceptible lo espiritual; lo que el hombre habla, escribe, realiza es expresión objetiva de su espíritu. Freire considera que toda acción educativa debe ir precedida de una reflexión sobre el hombre, ¿qué es?, ¿cómo es?, ¿para qué?, ¿por qué?, ¿para quién?, ¿contra qué?, ¿contra quién? ¿a favor de qué?, ¿a favor de quién?, no existiendo una educación neutra.
 
La educación liberadora se asienta sobre el criterio del hombre histórico. Los hombres, pues, son praxis. “Praxis que siendo reflexión y acción verdaderamente transformadora de la realidad, es fuente de conocimiento y creación”.
 
Freire se opone a la “educación bancaria”, imparte la educación que denomina “liberadora” o “problematizadora”, que se identifica con lo propio de la conciencia, cual es su intencionalidad, en este sentido es un acto cognoscente, afirma la dialogicidad. De esta manera el educador no es sólo el que educa sino a que a la par que educa, es educado en el diálogo con el educando.
 
Esta educación liberadora tiene como objetivo fundamental la organización reflexiva del conocimiento al prever al hombre de medios que le liberen de la captación mágica o ingenua de la realidad, busca desapretar la reflexión crítica hacia situaciones existenciales concretas. En estrecha relación con esta idea de la educación liberadora aparece su idea del diálogo.
 
Para entender mejor el planteamiento pedagógico de Freire es necesario abordarlo desde los siguientes puntos: La pedagogía del oprimido donde resalta su método de alfabetización; el diálogo como canal y medio indispensable en el proceso educativo, para llegar a una Pedagogía de la Esperanza.
 
a. Pedagogía del Oprimido
 
El punto de partida en el cual se inicia la liberación del oprimido, viene dada en primer lugar en su alfabetización. En la cual comienza un camino de conocimiento crítico de la realidad y a asumir posturas frente a ella.
Freire convida a los analfabetos a salir de su apatía y del conformismo de su “estilo de vida” en el que siempre han estado inmersos, propiciándoles un desafío en comprender que ellos también son hacedores de cultura.
 
Cuando un hombre o mujer se percibe como hacedor de cultura, está venciendo, o dando el primer paso para sentirse importante, y surge la necesidad de apropiarse de la lectura y la escritura.
 
Los participantes del “círculo de cultura”, entran en diálogo sobre un objeto o ser conocido o sobre la representación de la realidad a ser decodificada, responden a los cuestionamientos provocados por el coordinador del grupo, profundizando en sus lecturas del mundo.
 
• El Método de Alfabetización:
 
El primer nivel de aprendizaje de la realidad es la toma de conciencia. Ese conocimiento existe porque como seres humanos son colocados y dotados, como Gabriel Marcel acostumbraba a decir, los hombres son espectadores con y en el mundo. Esa toma de conciencia, no se da, sin una toma de conciencia crítica. No basta, entones, con saber leer que “Eva vio una uva”, dice Freire, es preciso comprender cuál es la posición que ocupa Eva en su contexto social, que ella trabaja para producir la uva y que se lucra de ese trabajo.
 
Las actividades de alfabetización exigen la pesquisa que Freire denomina “vocabulario mínimo universal” entre los alfabetizandos. Es trabajando este universo por el cual se escogen las palabras que formarán parte del programa. Estas palabras colocadas, necesariamente, en orden creciente de menor a mayor dificultad fonética, unidas dentro de un contexto más amplio de vida de los alfabetizandos y del lenguaje local y nacional. Estas palabras Freire las denomina “Palabras Generadoras”.
A través de las palabras generadoras y la combinación de sus elementos propician la formación de otras palabras. “La codificación” y “descodificación” de la palabra generadora permitirán al alfabetizando integrarla en su contexto existencia y objetivarla como combinación de fonemas susceptibles de representación gráfica. Al objetivar de esta manera una palabra generadora, el alfabetizado se motiva no sólo para recomponer y componer nuevas palabras sino también para escribir su pensamiento.
 
Este conjunto de familias fonéticas de la palabra generadora fue denominada como “ficha descubierta” pues ella propicia a los alfabetizandos juntar los pedazos, para formar nuevas combinaciones fonéticas que necesariamente deben formar palabras de lengua española.
 
En el momento en el que el alfabetizando articula las sílabas, forma nuevas palabras, ella o el, están alfabetizados. El proceso requiere, evidentemente, profundización, que se aborda en la “Post-alfabetización.
 
La eficacia y validez del Método consiste en partir de la realidad del alfabetizando, de la que él conoce, le da un valor pragmático a las cosas y hechos de su vida cotidiana, de sus situaciones existenciales. Respetando el sentido común, y de él partiendo, Freire propone la superación del alfabetizado.
 
• La Postalfabetización:
 
Fruto de su experiencia en su paso por Africa, Freire hace fuerte énfasis en el proceso de Postalfabetización, como indisolublemente asociado a la fase de alfabetización. En una carta dirigida a los coordinadores de los círculos culturales en San Tomé de Príncipe, Freire enfatizó los siguientes objetivos para el proceso de Postalfabetización:
 
 
En resumen, el trabajo de Paulo Freire es más que un método que alfabetiza, es una amplia comprensión de la educación que tiene como una de sus preocupaciones la naturaleza política que le corresponde.
 
De manera esquematizada podemos decir que el “método de Paulo Freire” consiste de tres momentos dialécticos e interdisciplinadamente entrelazados:
 
- Una investigación temática por la que el alumno y el profesor buscan, un universo de vocabulario del alumno y de la sociedad donde el vive; las palabras y temas centrales de su biografía.
- Una tematización, por la cual ellos codifican y decodifican esos temas, ambos buscan su significado social, tomando así mismo conciencia del mundo
- Una problematización, en la cual, ellos buscan superar una primera visión mágica por una visión crítica, punto de partida para la transformación del contexto vivido.
 
b. Pedagogía Dialógica y Educación Liberadora
 
Paulo Freire sin duda alguna es un educador humanista y militante.
 
El concepto de educación parte siempre de un contexto concreto para responder a ella. En la educación como práctica liberadora es el proceso de desenvolvimiento económico y movimiento de superación de la cultura colonial en “sociedades en tránsito”. El autor procura mostrar en esas sociedades que el papel del educando, desde el punto de vista del oprimido, no construye una sociedad democrática en sociedades “abiertas”. Para él esas sociedades no pueden ser construidas por elites, porque ellas son incapaces de ofrecer una base de una política de reformas. Esa nueva sociedad se podrá constituir como resultado de la lucha de masas populares, como únicas capaces de operar tal movimiento o cambio.
 
Paulo Freire entiende que es posible encajar al educando en ese proceso de concientización y de movimiento de masas. Para llegar a esa conciencia, que al mismo tiempo es desafiante y transformadora, es imprescindible el diálogo crítico, y la palabra en la convivencia.
 
• El Diálogo
 
En estrecha relación con esta idea de la educación liberadora aparece su planteamiento del Diálogo.
 
Para Freire el diálogo es indispensable para el desarrollo del hombre; sin el diálogo no puede existir una auténtica educación, así como la educación “liberadora” es dialogal, mientras que la “bancaria “ es monologal.
 
Considera Freire para que el diálogo pueda darse es necesario:
 
- El amor, un profundo amor al mundo y a los hombres, siendo fundamento del diálogo, el amor es también diálogo, de allí que no puede darse en la relación de dominación.
- La humildad, el “pronunciamiento” del mundo no puede ser un acto arrogante.
- Fe en los hombres, es un acto a priori del diálogo.
- Esperanza, no hay diálogo sin esperanza; si los sujetos del diálogo no esperan nada de su quehacer, no puede haber diálogo.
- Un pensar crítico, un pensar que percibe la realidad como proceso que favorezca la creación.
La superación de la contradicción entre educador y educandos implica que:
- “Nadie educa a nadie...
- nadie se educa sólo...
- los hombres se educan entre sí, mediatizados por el mundo”.
 
c. Reflexiones más Recientes: Pedagogía de la Esperanza
 
Freire revela una preocupación profunda por una cuestión: ¿Qué tipo de educación necesitan los hombres y las mujeres del próximo siglo, para vivir en este mundo tan complejo, de globalización capitalista de la economía, de las comunicaciones y de la cultura y, al mismo tiempo, de resurgimiento de nacionalismos, de racismo, de violencia y de cierto triunfo del individualismo?.
 
Nuestro tiempo necesita, una educación para la diversidad, necesita de una ética de la diversidad, y de una cultura de la diversidad.
 
Una sociedad multicultural debe educar al ser humano multicultural, capaz de abrir, de prestar atención a las diferencias, respetándolas. En este nuevo escenario la educación deberá, y será preciso reconstruir el saber de la escuela y la formación del educador. En vez de la arrogancia de quien se juzga dueño del saber, el profesor deberá ser más creativo y aprender con el alumno y con el mundo. En una época de violencia, de agresividad, el profesor deberá promover el entendimiento con las diferencias, la escuela deberá ser un espacio de convivencia, donde los conflictos sean trabajados y no camuflados.
 
6. Reflexiones sobre el dialogo y la educación liberadora.
 
Paulo Freire en todo su desarrollo pedagógico hace hincapié en la importancia del diálogo como el canal en el que se da la verdadera educación liberadora. Resalta en el diálogo las cualidades que éste debe tener para ser realmente el recurso indispensable en la transformación del alumno, donde el educador interviene propiciando la enseñanza pero dejándose llenar junto al educando de ella.
 
Para Freire la educación debe conducir a la persona al descubrimiento y concientización de su contexto histórico, a la crítica de su realidad y a la intervención transformadora de ésta. Este proceso lo debe asumir la educación como práctica liberadora a través del diálogo que permite la interacción del educando con el educador y su realidad.
 
Esta visión de Freire no pasa desapercibida en el entorno latinoamericano, la Iglesia en el redescubrimiento de su opción preferencial por los pobres asume y promueve la liberación de los oprimidos como práctica evangelizadora.
 
La Iglesia latinoamericana propone, al respecto de la educación, en la Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín los siguientes aspectos:
 
- La tarea de la educación como práctica liberadora “consiste en capacitar a las personas (especialmente los marginados, analfabetos, indígenas) para que ellos mismos, como autores de su propio progreso, desarrollen de una manera creativa y original un mundo cultural, acorde con su propia riqueza y que sea fruto de su propio esfuerzo” (Medellín 4,3).
- En la educación liberadora el educando se convierte en sujeto de su propio desarrollo. La educación es efectivamente el medio clave para liberar a los pueblos de toda servidumbre y para hacerlos ascender “de condiciones menos humanas a condiciones más humanas”, teniendo en cuenta que el hombre es el “principal artífice de su éxito o de su fracaso”. Por ello la educación debe ser creadora en todos sus niveles, debe basar sus esfuerzos en la personalización de las nuevas generaciones, profundizando la conciencia de su dignidad humana, favoreciendo su libre autodeterminación y promoviendo su sentido comunitario.
- La educación debe ser abierta al diálogo, para enriquecerse con los valores que la juventud intuye y descubre como verdaderos para su futuro y así promover la comprensión de los jóvenes entre sí y con los adultos.
- Como toda liberación es ya un anticipo de la plena redención de Cristo, la Iglesia latinoamericana se siente particularmente solidaria con todo esfuerzo educativo tendiente a liberar a nuestros pueblos. Cristo pascual, “imagen del Dios invisible”, es la meta que el designio de Dios establece al desarrollo del hombre, para que “alcancemos todos la estatura del hombre perfecto” (Medellín 4,9).
 
• El Dialogo
 
La Iglesia siempre a tenido al diálogo, como un valor fundamental en el vínculo que favorece la relación interpersonal con Dios y con el hermano. Documentos pontificios abordan el diálogo como instrumento de unidad, de búsqueda de la verdad, como vehículo que posibilita la transformación y el cambio tanto personal (conversión) como de estructuras.
 
la educación deber ser conducida por el y para el diálogo del hombre que participa activamente en la construcción del bien común, es decir, en la construcción de la “civilización del amor”
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7. Comparacion entre educacion bancaria y educacion liberadora
 
EDUCACION BANCARIA EDUCACION LIBERADORA
Se considera al educando como un receptáculo de conocimiento
Educador y educando se enfrentan juntos al acto de conocer.
 
El educador impone las reglas del juego e impone su concepción al educando, y de esta manera expresa una relación similar entre opresor y oprimido en la realidad social.
Enseñanza – aprendizaje. Exposición dialogada
La función del educando es adaptarse al orden establecido, que se produce a través de un proceso que elimina la creatividad, la conciencia crítica, impidiéndole el diálogo.
Nadie educa a nadie, y nadie se educa a sí mismo. El hombre se educa mediatizado por la sociedad o el mundo.
Invasión cultural. Se utiliza el diálogo, a través de la palabra. Reflexión – acción no pueden ir juntos, pero se relacionan.
 
El educador fomenta la creatividad y la conciencia crítica en el educando
 
Síntesis cultural
 
8. Valoracion critica del pensamiento pedagogico de paulo freire.
 
A. Ventajas del Método de Freire
 
• Despertar el espíritu crítico, es decir, no quería solamente enseñar a leer y a escribir, sino liberar al hombre del silencio en el que se encontraba, es por esto que él decía, que la democracia sólo podía llegar a través del desarrollo de ese espíritu crítico y de una actitud de lucha.
• Su método es lo opuesto a lo que él denominó “Educación Bancaria”, ya que ésta desconoce el sentido histórico del hombre, la cual se da como un “acto de depositar”, es decir, los alumnos hacen las veces de recipientes pasivos que, deben ser llenados y los educadores son depositarios del conocimiento, lo cual, imposibilita toda acción reflexiva y crítica de la realidad existente.
• Se genera la educación que el denomina “liberadora” o “problematizadora”, la cual ya no es un acto de sólo depositar, sino que va a generar la superación de la contradicción educador – educando, por cuanto se comienza a dar el acto de la comunicación, con el diálogo que sirve de vehículo en el proceso del aprendizaje.
• El diálogo es el que permite la existencia auténtica de la educación, por cuanto éste es indispensable parta el desarrollo del hombre, ya que permite despertar y desarrollar la conciencia crítica de los educandos, para que sean éstos los que desarrollen el sentido de análisis, el poder de capacitación y la compresión de la realidad.
• Se crea el método de alfabetización que permitirá dejar atrás la manipulación del educando y la domesticación del mismo, por cuanto se trata de algo más que de enseñar a leer y a escribir, es ante todo, concienciar, enseñar a reflexionar y expresar sus vivencias y su situación con el medio, es decir, despertar al analfabeto para que tenga un sentido crítico y reflexivo de su realidad.
 
B. Desventajas:
 
• ¿Si el opresor domina la pedagogía de la liberación, cómo puede el oprimido desarrollar su pedagogía