Guerra da Independencia española en Galicia: Diferenzas entre revisións

Contido eliminado Contido engadido
m →‎Levantamento da Coruña: Arranxos varios, replaced: <br> → <br/> (2)
Liña 80:
 
Segundo Díaz Otero,
{{Cita|''"Aunque son muchos los autores que proporcionan información acerca de los hechos acaecidos en La Coruña durante el mes de mayo, lo cierto es que básicamente hay una única versión de la que muy posiblemente sea responsable el conde de Toreno. Según dicha versión los estados de ánimo empezaron a alterarse con la llegada, en los primeros días de mayo, del oficial francés Mougat, quien había sido comisionado por Murat para inspeccionar los arsenales de fusiles y artillería de Galicia."''<br/>
''"Al parcer, y con el objeto de calmar o sosegar los ánimos, el entonces capitán general interino, D. Francisco de Biedma, decidió instalar unas piezas de artillería delante del palacio de capitanía. Esta medida produjo efectos contrarios a los previstos y sirvió para suscitar recelos de connivencia entre Biedma y los franceses. Comenzaron entonces a aparecer una serie de rumores entre los que destacaba el de que Biedma pensaba enviar a los soldados a Francia y que serían substituídos por franceses. Además, se haría una conscrpción entre los paisanos, por orden francesa, y serían llevados maniatados a Francia. Tal fin atribuían a la visita de Mougat."''<ref>Díaz Otero, Antón (1981): ''Orígenes, estructura y evolución de la Junta Suprema de Galicia, 1808-1813''. Memoria de Licenciatura. Universidade de Santiago de Compostela, Facultade de Xeografía e Historia, pro ms., pp. 33 e ss.</ref>}}
 
Liña 91:
Estes acontecementos revelan que a poboación da cidade non confiaba nas sús autoridades, crendo —e posibelmente non sen razón— que tanto as supremas autoridades militares, Filangieri e Biedma, como as civís, especialmente o rexente da Audiencia, estaban dispostos a entregarse aos franceses. Nestas circunstancias calquera chispa podía facer saltar ao pobo, traballado subterraneamente por Sinforiano López e outros liberais. E a chispa saltou os días 30 e 31 de maio.
 
{{cita|''"El día 30 de mayo, festividad de San Fernando, se congregó un inmenso gentío, compuesto también por mujeres y niños, ante el palacio de Capitanía, donde se encontraba el capitán general, Filangieri, junto con un buen número de oficiales y caballeros de la Audiencia. Ante el aumento de los gritos y de las protestas, bajó el gobernador de la plaza, Alcedo, a conferenciar con la muchedumbre, quien pidió que ondease la bandera, tal y como era costumbre, y que se hiciesen las salvas de rigor. Se accedió a ambas cosas y con ello se logró apaciguar momentáneamente el tumulto.''<br/> ''Esa misma tarde y ante los rumores esparcidos de que estaban embarcando armas en Ferrol con destino a Francia, se volvió a congregar la gente, que invadió el palacio de Capitanía y apedreó las casas de Filangieri y Biedma, pues se enteró de que aquel había dispuesto el traslado del regimiento de Navarra a la ciudad departamental. A continuación asaltaron el parque de artillería, llevándose los fusiles existentes, repartiéndolos entre todos los allí congregados. Tras sacar en procesión un retrato de Fernando VII, la gente se retiró y de esta forma acabaron los incidentes por ese día".'' <ref name="Díaz, Op. cit.">Díaz, ''Op. cit.''</ref>}}
 
Efectivamente, despois da pacífica procesión cívica, acabáronse os tumultos do día 30 pero, ao día seguinte, mantívose a presión popular na rúa. Como as máximas autoridades militares e civís estaban reunidas na sede da Audiencia, novamente a multitude, sen dúbida alentada por Sinforiano López e outros liberais, pediu a gritos que se adoptaran medidas contra os franceses, que se nomearan xefes militares de confianza en substitución de Filangieri e Biedma, e que se defendera a relixión, a liberdade e a patria. Resultado desta presión foi a constitución dunha Xunta. Foi así como se levantou en armas a cidade da Coruña, a primeira en facelo en Galicia, cando as autoridades, representantes do [[Antigo Réxime]] e moi comprometidas con [[Godoy]], daban mostras de moi pouco, nulo, entusiasmo por levantárense contra os franceses. Esta desconfianza, especialmente con respecto ao capitán xeneral Filangieri, non abandonou nunca aos galegos incluídos, segundo parece, os seus propios soldados que, temerosos de que entregara o exército de Galicia a Napoleón, asasinárono pouco máis tarde.<ref>Barreiro (1982), p. 46.</ref> (Véxase: [[Antonio Filangieri]]).